7 de noviembre de 2009

Jugamos y de paso aprendemos

Hace no muchas clases de Biblioteconomía estuvimos hablando del papel tan importante que tiene el juego en la cultura, ya que gracias a él nos es más fácil aprender. Ni qué decir tiene que los más pequeños se vinculan de forma más rápida y sencilla a la lectura y al conocimiento a través del juego. Según vamos creciendo, vamos adquiriendo el hábito de concentración y esfuerzo al estudiar, pero ¿por qué engañarnos? Nos gustaría aún más si pudiéramos aprender divirtiéndonos.






Con este post quiero poner en valor esta novedosa tendencia (que ya vimos en el post titulado “Bibliotecas del futuro”), a través de ejemplos donde el adulto aprende con juegos entre manos. El más reciente (ya que ha sido el último que he leído en prensa) es The International Lake Game Competition, creado por el departamento multimedia de e-learning-IE Business School. Con este juego aprendemos valores humanitarios, ya que la dinámica del mismo consiste en decidir si queremos lucrarnos mediante el mal ajeno o si bien preferimos cooperar por el bien de nuestra sociedad. Este próximo 12 de noviembre comienza la experiencia, que tiene como escenario un lago artificial donde se ha construido una fábrica que necesita agua potable. Personalmente, me recuerda un poco a Second Life, donde una comunidad universitaria entera puede interaccionar entre sí.




Otro juego del que tuve noticias no hace mucho en prensa escrita fue Oposita jugando. Con él, numerosos estudiantes que se están preparando las oposiciones (en mi caso tomo nota), pueden poner en práctica sus conocimientos con diversas preguntas según su especialidad. Lo mejor es que las preguntas no son banales, sino que pueden tener un reflejo veraz en las autenticas oposiciones. Este juego posee un amplio abanico de preguntas al estilo trivial, así como los famosos crucigramas de periódico.



Por último, me he topado con un juego muy gracioso y relacionado con las bibliotecas. La verdad es que mucho tampoco aprendemos con este juego, pero vemos que incluso las bibliotecas tienen su reflejo en los juegos. El mismo tiene lugar en una biblioteca, donde una bibliotecaria (que por su apariencia no tiene pinta de saber qué es un CRAI) debe atender lo más rápido posible las peticiones de los usuarios ya que si no estos se van (y enfadados).



Con este post, como he dicho, quiero arrojar una lanza a favor de esta nueva variante en la educación, ya que abre nuevos horizontes y en ocasiones, sirven para enganchar a jóvenes que de otra forma no encontrarían atracción alguna en la cultura.


07-11-2009

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