Este post surge a raíz de la clase de Biblioteconomía del día 04-11-2009 donde, cada uno, tuvimos que analizar en función a un esquema sobre bibliotecas (públicas y universitarias) alguna biblioteca bien conocida por nosotros.
En mi caso me centré en la Biblioteca Provincial Infanta Elena de Sevilla. El objetivo de mi post no consiste en reproducir o copiar lo que dije en clase ya que, seguramente, pueda ser consultado tal cual en nuestra Wiki, sino en reflexionar acerca de los servicios que prestan nuestras bibliotecas, si cumplen los requisitos exigidos, qué caminos pueden tomar para mejorar, etc.
Esta biblioteca pública posee el calificativo de “provincial”, por lo que podemos decir que es algo parecido a una biblioteca matriz de Sevilla. Por ello, debe ser pionera tanto en recursos como en materia, hecho que, lamentablemente, considero que no cumple.
Sus instalaciones están bien en cuanto a espacio, accesibilidad, distribución, etc. Posee amplias zonas de lectura, sala infantil y juvenil, sala de estudio, gran número de estanterías, etc. Sin embargo, no es nada innovadora, pues hace varios años que la conozco y no ha cambiado prácticamente en nada. Esto es un gran problema hoy en día, momento en el cual reinan las nuevas tecnologías y sus aplicaciones. Las nuevas generaciones demandan información a través de ordenadores modernos, e-books, el móvil, etc., y esta biblioteca no toma ejemplo de ello. Como resultado de esta resistencia a usar la evolución tecnológica (no incluimos lógicamente ordenadores tradicionales, televisiones, reproductores de música, etc.), la biblioteca está perdiendo calidad y, seguramente, usuarios. ¿Por qué debemos ir a esta biblioteca si por Internet obtenemos la misma información de manera mucho más rápida? Las competencias informativas de esta biblioteca están siendo suplantadas por Internet y sus servicios y, si no quiere quedar obsoleta, debe renovarse.
El primer paso podría consistir en digitalizar parte de su fondo bibliográfico, y con ello garantizaríamos el acceso de todos los usuarios a los libros más solicitados. Como comenté en clase, muchas veces he ido a esta biblioteca a buscar un libro, pero o bien estaba ya cogido por otra persona o estaba extraviado en la biblioteca. Me tuve que ir de la misma sin él y, por lo tanto, sin la información. De haber estado digitalizado (o uno de información similar) no habría tenido dicho problema y habría quedado satisfecha con el servicio de la biblioteca. ¿Por qué las bibliotecas universitarias si disponen de fondos bibliográficos digitalizados si se deben a un público más reducido que el de las bibliotecas públicas?
Otro paso a seguir sería la introducción de nuevo material tecnológico en la biblioteca, como por ejemplo ordenadores táctiles a través de los cuales conocer la estructura de la biblioteca, los distintos puntos de información, la consulta de la cuenta de usuario, etc. Estas tareas podrían ir aumentando con el tiempo y centrarse concretamente en la obtención de información bibliográfica. Recordemos los videos de Transformation Lab, donde todos los usuarios se guiaban por la biblioteca mediante objetos electrónicos.
Dejando de lado las tecnologías en las bibliotecas, podemos hablar del papel del bibliotecario en las mismas. No pretendo que los bibliotecarios de esta biblioteca y de otras muchas ofrezcan servicios sobre los que no tengan conocimientos, pero si deberían existir otras figuras que ayudaran al usuario. Gran parte de los usuarios que visitan esta biblioteca son personas ya formadas y educadas, pero otra parte de los mismos son niños que se están formando, y las bibliotecas podrían ser centros alternativos y complementarios en su formación. Sin embargo, un bibliotecario no está capacitado para llevar acabo esa tarea, pero son servicios que también podrían ofrecerse en estos espacios. También hay clases sociales marginadas que no han tenido la oportunidad de formarse, y las bibliotecas pueden ser importantes focos de conocimiento que le serían de gran ayuda. Desde mi punto de mi vista, las bibliotecas no sólo deben ofrecer información, sino trabajarla junto al usuario y cerciorarse de que el mismo la asimila.
Por todo ello, considero que la biblioteca a estudiar, igual que otras muchas bibliotecas públicas, debe evolucionar y no quedarse estancada en aquello que un día funcionó a la perfección.
09-11-2009
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