12 de noviembre de 2009

Avanzamos...¿hacia dónde?

Querido Blog:
Hoy voy a hablarte sobre las ventajas y desventajas que considero que tiene la digitalización e inserción de nuevas tecnologías en las bibliotecas. También haré hincapié en las medidas que se toman para acercar el conocimiento, la educación, la cultura y la lectura a las zonas marginadas y tercer mundistas. A mí me parece sugerente el tema; espero que te guste.
Las nuevas tecnologías están haciendo crecer a pasos de gigante la accesibilidad a la información, y cuando la información es más accesible es lógico que la gente se culturice más y posea más y mejores conocimientos. Internet nos permite leer libros desde una pantalla y consultar desde casa documentos necesarios para nuestros estudios; las nuevas tecnologías acercan a los niños al mundo intelectual haciéndolo más sugerente. Pero ¿qué pasa con aquellas personas que no tiene acceso a la tecnología?, ¿y aquellas personas que, aún pudiendo disponer de ellas, no saben cómo usarla? Ellos quedan en el olvido.
El avance tecnológico que están experimentando las bibliotecas aumenta aún más la brecha entre las distintas realidades mundiales: primer/segundo mundo versus tercer mundo. Aquellos que disponemos de recursos tanto económicos como cognitivos, podremos sacar provecho de esta gran revolución tecnológica y con ella fomentar nuestro interés por la cultura, conocimiento, etc.; los libros en un futuro no muy lejano dejarán de imprimirse en papel para que puedan ser leídos a través de pantallas táctiles así como en los monitores de ordenadores. Por lo tanto, ¿qué información escrita recibirán los pueblos tercer mundistas? Lógicamente, si no tienen dinero ni siquiera para comer, no tendrán dinero para comprarse un e-book con el cual acceder a la información. Muchas veces, cuando se habla de e-books, oímos el término “incompatibilidad de formatos”, pero obviamos una incompatibilidad aún más grande e importante: la incompatibilidad de receptores. ¿Qué quiero decir con esto? Que no todo el mundo podrá tener un e-book, y si el e-book será el único soporte que transmita el conocimiento, ¿cómo pretendemos que las clases más desfavorecidas se desarrollen culturalmente y, por lo tanto, socialmente?



También hablamos de que las bibliotecas deben ser públicas y deben llegar a todos los tipos de usuarios, pero estamos, en cierto sentido, privatizando aún más el acceso a la información.
Hace unos pocos días leí en Internet una noticia que hablaba sobre una escuela de Pontevedra que, por iniciativa de sus alumnos, había decidido enviar al Sahara un bibliobús con cerca de 1400 libros. Con este proyecto, llamado Bubisher, se pretende acercar al niño saharaui a la lectura y a la adquisición de conocimientos básicos. Como es de esperar, era necesaria una cierta cantidad económica para comprar los libros, pagar un autobús, etc., y el dinero salió de los propios niños de la escuela que reunieron en un año cerca de 3000 euros.

Ahora, por un solo momento, imaginémonos que ya no existen los libros impresos en papel, sino los e-books, y que cada uno cuesta de media unos 200 euros; si luego queremos cargar esos e-books con libros deberemos pagar por su adquisición, lo que elevaría considerablemente esos costes; una vez que esos libros sean leídos (si es que saben cómo manejar un e-book y no han desistido), deben adquirir nuevos títulos: ¿cómo?, pues por ordenador, con conexión a Internet y pagando con una cuenta PayPal o tarjeta de crédito. ¡Ah! Pero olvidamos una cosa, las poblaciones tercer mundistas no tienen ordenadores, mucho menos Internet y ¿tendrán tarjeta de crédito o cuenta PayPal? Yo creo que tampoco. Y ni que decir tiene que los pobres niños de la escuela de Pontevedra tardarían años luz para poder pagar todos esos e-books que deberían mandarse a zonas marginadas.
Como ves, querido blog, aquí falla algo.
¿Que si creo que se puede solucionar? Creo que ya no. Las sociedades primer mundistas estamos hipnotizados por las tecnologías, sus avances y comodidades que ofrecen, y nos olvidamos si crear un único acceso a la información (la tecnología) será bueno para todos. Otra cosa sería que el amplio acceso a la información nos sirviera para utilizar el conocimiento adquirido a ayudar a otras personas más desfavorecidas, pero de eso ya no estoy segura que pueda pasar.

Como ya sabemos, el conocimiento es la llave que abre numerosas puertas y oportunidades; hay que gente que ya es incapaz, con los medios que existen hoy en día, de acceder a la información que se convierte en conocimiento, y la tecnología se lo está y se lo va a poner más difícil aún. Nosotros, en cierto modo, consentidores de los avances tecnológicos, estamos negándoles ese acceso a la culturización, a la adquisición de conocimientos y a la construcción de un futuro mejor del que deberían ser dueños pero que, por desgracia, no lo son.
12-11-2009

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