6 de enero de 2010

Directamente al altar

Estas Navidades ha habido regalos para todas las edades: bebés, niños, adolescentes, adultos y abuelos. Y de todos los tipos: de ocio, lúdicos, infantiles, de cocina, de primera necesidad y, cómo no, culturales. Y, ¿ha habido algún regalo estrella este año? Claro que sí. El eBook ha sido el rey de los Reyes Magos.
El ansiado eBook por muchos, y temido por otros, ha arrasado estas Navidades. Su acogida no estaba tan clara como algunos pensaban; los más temerosos esperaban cifras de venta. Y no es necesario consultar un periódico o una estadística, sino únicamente pasarse por un centro comercial e interesarse. En una de las numerosas visitas a los centros comerciales, me picó la curiosidad y pregunté a un amable y atareadísimo dependiente sobre los eBooks; mi pregunta fue corta y clara: “¿Les quedan eBooks?” Y su respuesta fue aún más clara: “No”. Supongo que mi expresión fue un tanto inusual, ya que el dependiente se detuvo conmigo un momento: “Pero no te preocupes, que estamos esperando más y en un par de días nos llegan bastantes”. Personalmente, no estaba interesada en comprar un eBook, pero no obstante le agradecí su atención: “Gracias. Me pasaré entonces en unos días”. Mi respuesta estaba contestada: los eBooks habían arrasado; habían sido vistos y no vistos en los centros comerciales. Ya sólo quedaban las típicas maquetas que se exponen e seducen a los transeúntes.
A pesar de su gran acogida y éxito, es de esperar el miedo que tenían muchos a la inserción del nuevo dispositivo electrónico en el mercado literario. El eBook pretende cambiar el sistema tradicional de lectura que se llevaba practicando hasta hoy en día: papel por pantalla. Pero la realidad se impone: intentaban calmar al gigante, pero el 2010 no ha hecho más que ponerlo nervioso y adelantar su llegada. Las Navidades de este año no han perdonado al libro tradicional. Como dato de gran interés os dejo el siguiente: por cada 100 libros en papel de Dan Brown se han vendido 120 en edición digital en Amazon. Si eso no es derrota, que baje Dios y lo vea. No obstante, y lanzo una piedra a mi tejado, la palabra no debe ser “derrota”, sino “cambio”. Utilizo derrota porque muchos libreros se han tomado la llegada del eBook como una batalla, una guerra a luchar, y negándose muchos de ellos a recibir y asimilar el eBook, hay que mostrarles los datos como tal, como derrotas. Cuando lo acepten y asimilen su llegada, entonces podrán hacer las paces con él, mientras tanto, el eBook será su peor enemigo.


La mejor táctica de ventas para las librerías será, como acabo de decir, aceptar el eBook entre sus ventas. Debemos partir del dato que actualmente conviven de forma un tanto amigable el libro tradicional y el digital (cierto es que el digital cada vez pisa más fuerte), aunque el de papel está retrocediendo posiciones y suponen una moderada pérdida económica para sus comerciantes. ¿Qué hacer para suplir dichas pérdidas? Subirse al carro del eBook. Lógicamente, para vender el aparato en sí ya están las grandes superficies que tienen conocimientos electrónicos, pero no todo el mundo que compra un eBook sabe cómo alimentarlo. En ese sentido pueden actuar las librerías, asesorando al lector de eBooks, aconsejándoles qué libros pueden adquirir para sus lectores electrónicos, etc. Y cómo no, pueden vender ellos mismos, las librerías, los títulos literarios. Incluso pueden hacerlo de dos formas: vía Internet o en la misma tienda. Una de las librerías de más renombre a nivel nacional es la Librería Cervantes en Oviedo, con una tradición librera de más de 70 años (concretamente desde 1921). Si se esperaba que hubiera una librería que fuera más reacia a la llegada del eBook debido a su historia en el sector, esa debería ser la Librería Cervantes. No obstante, ha sido una de las primeras librerías en asimilar su llegada, y se está beneficiando de ello así como ofrece un mejor servicio a sus clientes de toda la vida. Ha creado una sección en su página web donde aconseja e incluso vende títulos para los lectores electrónicos.




Venden distintos libros, así como lectores. También te dejan leer los primeros capítulos de algunas obras, y ofrecen libros gratuitos.





Por ahora, mejor imposible. Espero que para la próxima vez que vuelva a la librería, que por cierto es preciosa, sea para comprarme un libro electrónico o un título.
Asimismo, considero que la negativa por parte de muchas librerías y libreros a vender eBooks y libros electrónicos perjudicará gravemente el sector literario en el siguiente sentido. La llegada de los eBooks y los títulos digitales es irremediable: si no es en 5 años será en 10; llegará un momento en que todos leeremos eBooks. Partiendo de esta premisa que considero muy cierta, en no mucho tiempo, todos haremos uso de publicaciones digitales, y si todos tenemos un eBook pero escasean los títulos digitales, no hay uniformidad de formato, restricciones legales, etc., todos nos daremos a la piratería. Y para que ello no ocurra, desde el primer momento que se lanza el eBook al mercado hay que tener mucho cuidad con ello: no creemos en los consumidores la necesidad de libros que no pueden poseer. Espero explicarme bien. Con ello quiero decir que si los actuales consumidores de eBooks no tienen libros que leer, pronto comenzarán a surgir sistemas que violen las descargas controladas o los préstamos temporales (entre otros). Cuanto antes las librerías y editoriales acepten la llegada de este fenómeno, comenzarán a trabajar en el servicio y más estaremos haciendo por su seguridad. Si todos tenemos lo que queremos (aunque sea pagando un poco) no tenemos la necesidad de buscarlo en otros sitios y de formas no lícitas. Ahora mismo el caos está sembrado: si quiero un libro puede que esté o no en formato digital, y si está, a saber en qué librería de Internet; si me gusta mucho comprar por Amazon y busco un libro en su página, puede que no lo tengan en propiedad, y tengo que buscar por toda la Red quién lo tiene, y la verdad que eso cansa. Pero el cliente siempre tiene la razón: si el cliente quiere un libro por Internet, el servidor tarde o temprano se lo tiene que dar por Internet.
El problema como dijimos anteriormente, es el miedo. El director de la librería ovetense ha calificado la situación de forma muy concisa y clara:


Los miedos de ahora ya los vivimos con el libro de bolsillo



Saben cómo enfrentarse a este cambio, ya que pasaron hace no mucho tiempo por una situación de cambio, aunque no tan grande. Pasa lo mismo que vimos que está pasando en las bibliotecas: los bibliotecarios ya no trabajarán indicando dónde están los libros o catalogándolos, sino aconsejando, ayudando, guiando a los usuarios.
La clave está en el cambio: cuanto antes se produzca el cambio, mejores resultados obtendremos.
Desde mi pequeño blog me despido, deseando que todos hayan tenido unos buenos Reyes. Para aquellos a los que le han regalado un eBook, les deseo un feliz uso y que publiquen sus títulos favoritos en formato digital. Personalmente, me quedé únicamente en preguntar acerca del eBook, ese fue mi mayor contacto con su ser. Cuando todos estén a una, entonces buscaré a ese dependiente y me compraré el objeto de la revolución literaria.

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