Algunos ya sabréis de qué estoy hablando. Otros más no.
Para entendernos deberemos hacer un pequeño viaje en el tiempo, concretamente hasta 1966.
Os situaré: libros prohibidos; lectores perseguidos; todos dominados por la televisión; bomberos que no apagan fuegos…los crean. Y ¿cuál es el objetivo de estos incendios provocados? Los libros. Si, algo muy parecido a lo que hicieron los nazis con los libros judíos, pero en esta ocasión con todos los libros del mundo.
No obstante, sólo estoy hablando de ficción, concretamente de la película Fahrenheit 451, escrita por Ray Bradbury (¿os acordáis?) y dirigida por François Truffaut. Como ya os comenté en otros post, Bradbury es un fiel defensor de las bibliotecas y los libros como medio de autoaprendizaje. Ideó un mundo utópico (mejor dicho distópico) donde los libros estaban prohibidos. ¿Por qué? Los libros alimentan las mentes humanas y hacen evolucionar al hombre; os preguntareis ¿entonces por qué prohibirlos? Porque todo el mundo no tiene igual acceso a los libros, entonces éstos provocan desigualdades, haciendo a los lectores de los libros superiores a los que no los leen.
"¡Oh!, este debe de ser muy profundo: la Ética de Aristóteles. Cualquiera que lo haya leído a la fuerza ha de considerarse superior al que no lo ha leído. Y es inútil, compréndalo, todos debemos ser iguales. Sólo se alcanza la felicidad estando todo el mundo al mismo nivel".
"Los libros no dicen nada. Mire, todo esto son novelas. Tratan de personas que jamás han existido. Las gentes que las leen quedan descontentas de sus propias vidas y sienten deseos de vivir de otro modo lo que jamás podrá ser en la realidad".
Los libros de ficción, en muchas ocasiones, no deben entenderse como ejemplos que llevar acabo en la vida real (no tengo ni varita mágica), sino como vías de escape, relax e imaginación. Hay gente que llega a casa cansada de trabajar y le apetece leer sobre algún personaje que está todo el día tirado en el sofá; o alguna persona que ha sufrido un “mal de amores” y quiere leer sobre una mujer que se enamora de un chico más joven que ella.
Y ni que decir tiene que los libros descriptivos y reales, como por ejemplo los de filosofía, historia, estudios científicos, aportan un sinfín de conocimiento y experiencia al ser humano.
"La filosofía es aún peor que las novelas. Pensadores filósofos, todos dicen
exactamente lo mismo, sólo yo tengo razón. Los demás son idiotas. La filosofía es lo mismo que falda corta este año, falda larga el que viene".
Y de nuevo otro fragmento de la película que, a mi parecer, acierta en muchas cosas. Es conocido en el mundo de la filosofía las variadas disputas en torno a postulados filosóficos, como por ejemplo si la Tierra era redonda o no, si los sentimientos eran válidos o inválidos, etc. Siempre ha querido un filósofo superar a su antecesor o rebatir a su coetáneo. Incluso ha causa la muerte de alguno de ellos, como es el caso de Sócrates, que fue condenado a suicidarse debido a su filosofía. A pesar de ello, ¿qué seríamos sin filosofía? Posiblemente no habríamos “podido” creer que la Tierra es redonda (“podido” porque la Iglesia no lo habría permitido), o no sabríamos lo que es la ética y la moral. Y si, es cierto, la filosofía es como la moda, “marrón para este otoño y fucsia para el siguiente”, pero más cierto aún es que tenemos un inmenso fondo de armario que nunca pasa de moda. No importa que uno diga redonda y otro que plana, lo importante es que lo digan, que reflexionen y nos enriquezcan con sus estudios, que, grosso modo, es lo que hacen y logran los libros con sus lectores: que reflexionen.
Y para finalizar, a parte de recomendaros encarecidamente ver la película, os diré por qué 451: es la temperatura en grados Fahrenheit a la que el papel de los libros se inflama y comienza a arder.
22-12-2009
0 comentarios:
Publicar un comentario